El ataque a la libertad y otros cuentos de terror: Parte II

El ataque a la libertad y otros cuentos de terror: Parte II

Segunda Parte de la columna de opinión de @Mr.Lotario, sobre el ataque a la libertad y la peligrosa doctrina comunista.

En 1848 cuando Marx y Engels terminaron de escribir la doctrina más perniciosa de la humanidad, el mundo era completamente diferente, ni siquiera se había utilizado la energía eléctrica para uso industrial, su comprensión del mundo se limitaba a unos cuantos textos, a las pocas cosas que veían a su alrededor, la gente moría sin saber las causas, los bebés eran traídos por obra de Dios, sus vehículos eran impulsados por caballos, y las rudimentarias máquinas que tanto terror causaban eran impulsadas por mecanismos de vapor. Ellos concebían el mundo con hombres con palas alimentando hogueras con carbón. Jamás imaginaron un mundo como el de hoy, en el que la digitalización hace al hombre más valioso por sus ideas que por su trabajo manual. La Europa de aquel entonces empobrecida, asediada por la hambruna, el mal clima, la escasez y las enfermedades les llevaron a creer que debían racionar los recursos y distribuirlos de manera equitativa.

Hay que entender que ellos no concebían un mundo global, integrado como el actual donde hoy podemos tener frutas de temporada durante todo el año, tenemos agua que llega directamente a nuestro hogar y podemos comunicarnos por video llamada con nuestros familiares que viven en otro lado. Por eso en su interpretación del mundo no le dan valor a las ideas, ni creen en que el pensamiento de las personas sea importante, porque conciben a los hombres como herramientas.

Por eso desde la concepción de esa patética filosofía estaba destinada al fracaso, porque su intención no era la de sacar a la gente de su miseria, sino de administrar los recursos que tenían, buscaban una manera de justificar quitarle al que tenía para darle al que no tenía.

El mundo era muy distinto, la educación era muy diferente, a pesar de que las familias eran numerosas, la población era mucho más reducida y, la concepción de vida era otra, el mundo resultaba muy grande y demasiado aterrador porque ellos eran demasiado ignorantes, los avances tecnológicos les causaban pánico y esto quedó plasmado en sus dogmas, por eso idealizaron un sistema centralizado de control, para limitar la ciencia y evitar cualquier innovación que pudiera alterar a la población.

La obra de Marx se hizo en la penumbra, al caer de la noche, a la luz de las velas, porque Marx prefería la oscuridad. Era un idealista resentido que quería rebelarse a lo establecido y anhelaba llevar la contraría al mundo en el que vivía, y como la mayoría de la gente trabajaba por el día, él prefería hacerlo de noche.

Marx creía que los grandes problemas de la humanidad se debían a la Iglesia católica, para él, en aquel entonces la Iglesia era su “Mafia del poder”, y lo era, porque controlaba la educación, el conocimiento, y tenían gran influencia política y económica, por eso ideó una filosofía con la intención de quitarle el poder a la iglesia, y desde su origen destruir a la Iglesia Católica ha sido el principal objetivo oculto del marxismo, y desde entonces ha sido su gran enemigo histórico.

El poder de la iglesia en aquel entonces se sostenía por el diezmo, Marx pensaba que si le quitabas a la gente la capacidad de tener su propio dinero dejaría de dar el diezmo y dejaría de financiar a la iglesia.

Muy poca gente sabe que el joven Marx era muy estudioso de la religión hebraica, que es de donde emana el catolicismo y se origina su filosofía, algo radical sucedió en su vida que un día de la nada en uno de sus poemas escribió.

“Deseo vengarme de aquel que gobierna arriba.”

Así manifestaba el joven Marx su deseo por ser el ente disruptivo de este mundo, y en la Europa de aquel entonces a quienes acusaba de sus desgracias era a la religión católica. Por eso al Marxismo no le importan otras religiones, su pedo es contra la Iglesia Romana apostólica, y para ello necesitaba crear una doctrina lo suficientemente discreta para lograrlo, algo que pareciera bueno para ser aceptable, y lo suficientemente seductora para que se le permitiera entrar.

Marx tenía la intención de arruinar el mundo creado por Dios, por eso se fue a la base de la religión, a ese momento clave en las escrituras Bíblicas justo después de la creación, donde la humanidad fue tentada hacia el pecado original, a ese momento disruptivo en ese lugar idílico que era el paraíso, donde de un momento a otro todo valió madre.

En la Biblia en el pasaje del Génesis hay un cuarto personaje, el primero es Dios, el creador, el segundo es Adán, el tercero es Eva, y la serpiente en representación de Satanás es la cuarta. Por eso los marxistas sienten fascinación por el número 4. Para quienes estudian numerología y practican el ocultismo, el número 4 es el de la transformación, de los 4 elementos que al impactar ocasionan caos y transforman toda la materia, por eso no es coincidencia que en México uno de los principales núcleos católicos del mundo, los marxistas hagan tanto énfasis en imponer el número 4, como el de su cuarta transformación, por esa disrupción, ese rompimiento al modelo neoliberal, y la transformación que proponen que resulta igual a la bíblica donde México era un paraíso, hasta que apareció este supuesto Mesías con su cuarto movimiento para despojar a todos del paraíso.

Muchos no saben, pero Marx era gran admirador de Satán, como en aquel entonces no tenía mucho que leer, leía la biblia, y le causaba fascinación aquel personaje irreverente que puso la manzana de la discordia, el que sembraba la tentación, y provocaba la destrucción a la obra de Dios. Satán, que en hebreo significa el opositor y Marx de origen judío era fiel creyente de esos textos, y se hacía a si mismo llamar un opositor, un rebelde, y sentía admiración por el ángel rebelde que llevaba toda la contraria a lo establecido. Marx no era ningún humanista, era un vividor que encontró la forma de manipular a la humanidad para oponerse a la vida misma, por eso ideó una filosofía para ir contra la vida y creó el socialismo que es la doctrina de la muerte, que se impone mediante la violencia.

El personaje de Lucifer es un ángel resentido, insatisfecho, que a pesar de tenerlo todo anhelaba ser como Dios, pero como jamás podría serlo, prefirió robarse el fuego divino para dárselo a los hombres, por eso fue expulsado del cielo, y desde entonces ha inspirado a muchos falsos mesías y gente ávida de poder para destruir este paraíso y crear un infierno sobre la tierra.

Marx asumió el rol del “opositor”, por eso admiraba a Lucifer, a ese ángel caído expulsado del cielo por haberse rebelado y querido romper la jerarquía divina ante los arcángeles que son figuras de jerarquía superior que cuidan el trono en el cielo, y de ahí es de dónde le surge a Marx su idea de la lucha de clases, por la jerarquía y disputa entre ángeles y arcángeles, y de ahí lo toma para su filosofía. Te apuesto que esto no lo sabías porque los socialistas se dicen ateos pero en realidad su doctrina proviene de una absurda interpretación religiosa. Porque el socialismo se impone igual que lo hizo con Eva, primero comienza por seducir, te habla muy bonito, y cuando lo aceptas te despoja de todo, como lo hizo aquella serpiente.

Los promotores de su doctrina hacen referencia a Luzbel, ese ángel caído, que después de aquella sangrienta batalla en el cielo donde Lucifer fue expulsado, se volvió la estrella de la mañana, el planeta Venus, pero en aquel entonces no lo sabían, la primera estrella que ilumina el cielo rojizo de cada mañana, a eso se debe que uno de los signos más representativos del comunismo es una estrella solitaria sobre un fondo rojo.

La semilla de la maldad de un solo hombre ha llegado hasta nuestros días, y sigue causando mucho daño, siendo un gran lastre para la vida en la tierra.

Lo que opines al respecto de Dios o Satán es una cuestión personal, pero lo que creas resulta irrelevante porque quienes crearon esa perversa ideología, sí lo creían, y así lo plasmaron en cada estrofa, y su intención desde el origen siempre fue destruir el orden establecido.

La doctrina marxista es una enfermedad que debe extirparse de la humanidad, su origen es maligno, por eso es el peor cáncer de la humanidad, y es tan malo que por sí mismo se autodestruye, pero regresa, y en cualquier latitud del mundo donde sea que aparezca con gente diferente, ocasiona las mismas desgracias, pero como el cáncer más perverso parece irse, pero pronto aparece en otro lado otro falso mesías, con otros matices, otros enemigos, para crear división y destrucción, pero al final de cuentas todo lo derivado del marxismo es el mismo proyecto de resentimiento y sometimiento humano.

La próxima semana no se pierdan la tercera parte, tenemos que saber a qué nos enfrentamos, y estos atolizados con los que estamos lidiando es gente muy débil que se ha dejado seducir por una ideología perversa.

#LotsOfLot

Con información de República-Alterna

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